Las primeras palabras...

Llevaba ya un par de días dándole vueltas a esto de hacer un blog. Pero digamos que esto es casi como lo de salir a correr: necesitas encontrar el momento todos los días, las ganas y sobre todo ser un poco constante.

Tampoco sabía muy bien sobre qué escribir. Al principio me dio por hacer un blog sobre mi proyecto fin de carrera, que he empezado hace un mesecillo, por aquello de animarme y pillar ideas de gente... ¡Pero eso sería un coñazo! Yo soy un tío mu raro que no paro de meterme en movidas con personajes más raros todavía. ¡Y me gustaría hablar también de todo eso! De lo quemado que te dejan los chavales de los Scouts (estoy de monitor en el grupo de Pozuelo) pero el cachondeo que te traes con ellos. De las veinte mil historias que se me ocurren cada mes y que no sé como sacar de mi cabeza. De los proyectos en los que me enmarrono -muchas veces a mi mismo- sin darme ni cuenta. Además soy todo un caso para aquello de responder a los emails: nunca me termino de acordar (y menos de felicitar los cumpleaños).

Al fin esta mañana, he descubierto el hilo conductor de todas estas movidas: mis viajes en tren y metro a Madrid. Volvía de hacer unos papeles en la universidad cuando empecé a divagar... ¡Y me di cuenta de todas esas movidas que se te ocurren en el tren y no se las cuentas a nadie! Definitivamente ya tenía el momento, el lugar y la razón para los apuntes de un blog.

Espero que os guste, no ser muy pesado y escribir a menudo.
Laringo